Archive | diciembre 2006

Dueños, amos y señores de la vía…

Debo abrir estas líneas con mi usual expresión

¡Chofer de autobús NO ES GENTE!
Sé que lamentablemente estoy metiendo en ese saco a señores honrados, padres/esposos/hijos, que sólo tienen ese trabajo como medio de sustento para sus familias, pero de los centenares que pueda haber en esta ciudad crepuscular yo sólo he visto 3, ¡T-R-E-S! (Dos con los que me he topado en mis aventuras con el transporte citadino, muy amables y respetuosos, y uno que es mi vecino y me consta que es todo un señor).
Resulta que hace unos días mi Gabo casi se queda sin padres (no exagero) gracias a la magnífica personalidad de uno de estos especímenes viales:
Carretera vía Duaca -para los que han transitado por ahí, sabrán que son curvas y más curvas-, dos canales, el papá de Gabo va por el canal que le corresponde, en sentido contrario viene un Encava A-TODA-VELOCIDAD tratando de pasar a otro carro EN-PLENA-CURVA, mi suegro maniobra (y no era que tenía mucho espacio para hacerlo) pero el autobús en cuestión termina llevándose por delante casi todo el lado izquierdo de la camioneta, se desbarranca y lo detiene un árbol; la camioneta se bambolea hasta casi voltearse y se detiene. Afortunadamente a mis suegros no les pasó nada (al menos no físicamente), sin embargo, la camioneta fue pérdida total. ¿El chofer del colectivo? Venía solo y BO-RRA-CHO… por supuesto salió ileso.
El día siguiente es de papeleo y declaraciones en Inspectoría, y de la nada salen como 5 compadres/colegas/parientes de la joya en cuestión a decir que ellos (cada uno de ellos) iban manejando, imagínense la escena: «No, no, distinguido, Fulano no iba manejando, el que iba manejando era yo… blah, blah, blah». Todos y cada uno de los personajes con una historia más incoherente que la otra.
Ahora, poniéndome yo fatalista, ¿y si de verdad mis suegros se hubiesen hecho daño? De haberse ocasionado ‘pérdidas lamentables’ -como dicen en los diarios-, este señor y su comitiva de amigos del alma, ¿hubiesen asumido las consecuencias? Yo sinceramente lo dudo, porque pa cobardes búsquenlos (así como lo escribo, CO-BAR-DES); ‘personas’ que creen hacernos un favor al llevarnos y traernos y por eso pueden usar las calles, avenidas y carreteras como mejor les parece, y cuando se meten en ese tipo de problemitas en los que se ven con la soga al cuello recurren a esa maravilla tropical llamada Sindicato, que al parecer sólo sirve para alcahuetear sinvergüenzuras y exigir a las alcaldías aumentos de pasaje.
Por lo pronto mi suegro se encuentra pasando el susto y las de Caín, ahora que no posee su también herramienta de trabajo (el carro)… porque al otro ser lo más seguro es que le lluevan -de parte de sus compadres- las opciones de volver a encargarse de otro autobús «¡pa que eche pa’lante, carájn!» Y mejor no sigo, porque ya me está hirviendo la sangre y estoy comenzando a recordar otras hermosas anécdotas muy recientes con estos representantes del ‘salto atrás evolutivo’.